La música y el desarrollo social en la educación temprana

La música es una herramienta esencial de desarrollo social en la educación temprana. Las actividades musicales bien planificadas en preescolar son muy eficaces como medio para mejorar el desarrollo social y emocional.

La música une a todos y mejora el estado de ánimo. Hace que el cerebro se ilumine y crea nuevas vías para el aprendizaje, la memoria y la resolución de problemas. El ejercicio de creación musical nos enseña la dinámica social, al tiempo que mantiene una experiencia de aprendizaje divertida y agradable. Agrupar a los niños para hacer música les enseña a trabajar en equipo correctamente, de una manera que sea divertida para todos y al mismo tiempo que crea algo de valor.  Participar en una clase de música para niños pequeños es la esencia del tiempo de calidad, el tipo de tiempo enfocado que genera sentimientos de seguridad, amor y bienestar. Los niños que experimentan música y actividades musicales con un adulto atento forman un vínculo y respeto únicos. 

Lo más importante es que la música les enseñará a los niños que pueden crear grandes cosas si logran trabajar juntos adecuadamente, mientras que todos están haciendo su parte. Además de todo esto, también puede ayudarlos a aprender habilidades como la cooperación, el intercambio, el compromiso, la concentración y, lo más importante, la creatividad. Estas habilidades ayudarán a los niños a socializarse mejor a largo plazo.

Las habilidades de liderazgo y la confianza también mejoran enormemente con la música, como se demuestra con el aprendizaje de canciones simples. Es una excelente manera para que los niños progresen en sus habilidades de liderazgo y aumenten la confianza. Una de las partes más importantes del desarrollo emocional musical es el desarrollo de la empatía. Esto funciona principalmente en entornos donde los niños trabajan en grupos y observan a otros niños en busca de señales sutiles, como el volumen, el tiempo y la expresividad para crear música. Sin embargo, no muchos de nosotros sabemos que estas son las mismas señales que usamos para comprender los sentimientos de los demás, y poder percibir y comprender es la base para la empatía y el desarrollo moral. La música conecta a niños que de otra manera no descubrirían que tienen algo en común. Compartir un amor por ciertos tipos de música crea un vínculo casi automático. Ayuda a proporcionar a los niños un marco en el que pueden socializarse. La música puede ayudar a los niños y los maestros a relacionarse entre sí creando un ambiente relajado para la comunicación o actividades compartidas. Participar en la música, ya sea a través de actividades como bailar, estudiar o tocar un instrumento, les da a los niños una sensación de confianza en sus relaciones interpersonales. Los niños seguros tienden a atraer amigos. La investigación sugiere que los preescolares que participan en grupos musicales y actividades de movimiento mostraron una mayor cooperación grupal, cohesión y comportamiento pro-social en comparación con los niños que no participaron en las mismas actividades.

 

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